jueves, 31 de enero de 2008

Como árbol

En sombras rojas

apenas respira.

Escucha al Sol

brillar en la Tierra

y tambalea

al observarlos.

Si ha podido cruzar

su mirada

más de mil horizontes,

¿por qué no hoy?

No sale de su cueva

como sangre

y se asfixia

al pensar la luz

que lo espera afuera.

Olería en los versos

suaves el aire fresco

si respirara profundamente.

Tocaría su piel

el viento fiero

y sería como árbol

mecido, vivo y sonoro,

otro ser en este suelo.