domingo, 15 de julio de 2007

Sonriéndole a los árboles


Caminaba y silbaba

recordando lo dulce

de aquella noche.

Recorría las calles

con su mirada

sonriéndole a los árboles.

Sus pasos desaceleraban

el ritmo de su mente,

hasta acompasar

el de su música de viento.

Apenas sentía el invierno

pensando cómo era

la naturaleza

antes de tanto cemento

y qué de aquellas horas

recordaría en sus silencios…

Y así,

mezclaba alma y cuerpo,

hacía su pausa vital

de tanto trajinar mundano,

de tanto andar descubierto.


Salvadas de una noche de Bacilón terminamos la noche en un mini aquelarre, una aquelarrecito refrescante. Gracias brujitas!!

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