jueves, 5 de julio de 2007

Einmal ist keinmal

Se enfadó consigo mismo, pero luego se le ocurrió que en realidad era bastante natural que no supiera qué quería:
El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores.

No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo.


Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya
la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni siquiera boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro.


«Einmal ist keinmal», repite Tomás para sí el proverbio alemán. Lo que sólo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre sólo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto.

la insoportable levedad del ser

1 comentario:

Aquelarre dijo...

Lo primero que me hace pensar es: no puede servir como excusa para nuestros errores u omisiones, la idea de que sólo vivimos una vez... mejor sería pensar que vivimos y morimos en cada acto, y que el presente es lo único que existe... y que muchos presentes nos permiten aprender... o algo así, un poco mas esperanzador... nosé... algo, beso.
P.D. Creo igual que no entendí el texto. Ejem, perdón. Ji ji, beso.