lunes, 9 de julio de 2007

En el ring

Estaba peleando duro, golpe a golpe. Beso a beso.
Ahora tengo la cara contra la lona. El destino grita la cuenta regresiva.
Tengo dos opciones.
Puedo pararme, pero con la única condición de dejar atrás las cicatrices.
O puedo bajar los brazos, rodar del cuadrilátero hacia abajo y ver con que me topo, pero con la única condición de tragar la ansiedad que provoca no saber que viene de nuevo.
Las dos posibilidades llevan implícito nunca saber que hubiese pasado si hubiese elegido la que finalmente no elegí.
Tengo que decidir.
Solo escucho gritos, ecos, murmullos. Imágenes de felicidad me invaden. Se confunden con las otras.
Unos dicen que me levante y siga peleando.
Otros que ya es hora de que me rinda.
La decisión es inminente y decidir duele más que cada golpe.
Todo depende de lo que me den. Todo depende de las expectativas. Si se cumplen o no. ¿Pero como saberlo? ¿Como tomar la decisión correcta?.
Depende de los dos. Pero en el fondo depende de cada uno. Hay que arriesgar.
Quiero querer. Quiero que me quieran. Quiero que peleemos por lo que queremos.
Shhhhhhhhhhhhhhh!!! Silencio! No me escucho!


PD: Me confunde el hecho de recurrir a un deporte que odio para utilizar metáforas que ayudan a traducir sentimientos. Me confunde…

2 comentarios:

La bruja que se equivoca dijo...

Recomiendo pararse, por más que duela es lo más sincero, las cicatrices a nuestro pesar no quedan atrás, nos siguen toda la vida, pero son las auténticas certificaciones que ya estuvimos del lado oscuro y nuestra sonrisa la prueba de que de allí volvimos!
"Quiero querer. Quiero que me quieran. Quiero que peleemos por lo que queremos." Sabio deseo, yo también quiero eso.

Aquelarre dijo...

"there is a war between the one who sais there is a war between the ones who says that there isnt"
"come on, get into the war, dont be a tourist"
"come on get into the war, you can still get married"
Leonard Cohen