Mundo de carbón y celulosa,
de códigos binarios y contraseñas.
¿Quién dijo dónde está el alma?
Quiero correr para saber,
revivir andanzas para reconocer.
Lanzamientos de cohetes
que en verdad
nunca vamos a ver.
Pero sí el salto desde el trampolín,
las irresistibles ganas de volar,
de correr, de nadar…
Fuerte, rabiosa, intangible
y accesible esencia del ser.
Acechante, instigadora,
exploradora de todo…
¿Cuánto queda por descubrir?
¿Por saber, por sentir?
Mundo de símbolos y señales,
de significados ocultos
diminutos y tan profundos
como el amanecer a oír.
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