jueves, 19 de julio de 2007

pizzas y hombres


quiero marcar un paralelismo entre las relaciones que he tenido con hombres y mi proceso de aprendizaje de cocinar pizza casera. las primeras eran construídas y hechas a ciegas, por inexperiente y pasaban todo tipo de cosas: las sacaba crudas por miedo y ansiosa, se quemaban y quedaban crudas adentro porque el fuego estaba re alto. después no le daba bola a "pa! no se hinchó la levadura... no importa." y quedaba tipo chancleta masticable. y antes de eso había pensado "ésta agua está hiriviendo y tiene que ser tibia para que se haga la levadura... ta, le pongo hirviendo para ver, ta bueno que queme". Y también me emocioné una vez con la cantidad que puse y se desbordó el vaso cuando creció. ...tooodo levadura por el mármol (que no es simpática) la levadura fuera de lugar no está ni ahí Ahora he aprendido de hacer pizza casera, algunas cosas y entre ellas, que siempre hay un factor desconocido o situacional que puede hacer fracasar esa pizza que ponemos en el horno. No es que pase siempre, no. pero siempre puede pasar. Y a mí últimamente me ha pasado varias veces. Además, sabés que fue tu culpa, sabés que algo le trasmitiste, porque la pizza la hiciste vos, es tú responsabilidad, incluso si la harina estaba mal o la levadura vieja y no te diste cuenta o no le diste bolilla al tema. "Pero qué carajo pasó?""no me doy cuenta qué hice mal" "esa marca de harina no sirve" ta, chau.

1 comentario:

La bruja que se equivoca dijo...

Bueno, tenemos un montón de experiencia acá como para hacer terrible pizza, no?